Dentro de pocos años nuestros coches parecerán pequeñas naves espaciales y poco les faltará para volar. Muchos fabricantes ya están integrando lo último en tecnología en sus modelos, para mejorar la seguridad y convertir el automóvil en un centro de comunicaciones gracias a la conexión permanente a Internet. Volkswagen, Mercedes, BMW, Audi y otras marcas ya están ensayando los nuevos sistemas que conformarán los "coches inteligentes": interactivos, capaces de comunicarse gracias a sistemas de radio, GPS, láser o satélite, llenos de sensores, rodeados de cámaras, transparentes, con iluminación inteligente, multimedia, con software de reconocimiento del conductor y hasta de los sentimientos de éste. Es posible que en un plazo de pocos años, los coches lleguen a ser tan inteligentes que puedan conducirse a sí mismos o a través de un robot.
Nada más subirnos a nuestro coche, el ordenador de a bordo nos leerá los correos electrónicos, a los que contestaremos de inmediato sin tocar ningún teclado. Podremos seguir trabajando en el automóvil, de una forma segura, gracias a los nuevos sistemas de control de trayectoria y de velocidad automática, reguladores de distancia, radares anticolisión, conducción electrónica, detectores de temperatura y de luz, sistemas multi-airbags y frenos ABS. Muchas de estas funciones ya se encuentran integradas o está siendo desarrolladas en los últimos modelos de coches
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